En esta ocasión vamos a hablar de una de las santas cuya devoción genera año tras año la peregrinación y el rezo de muchas personas a lo largo del mundo. Santa Rita o Santa Rita de Casia como la conocen algunos, nació por el 1381 en un pueblo pequeño de Italia llamado Casia. Cuando era bebé cuenta la historia que las abejas blancas se colocaban en su boca y le daban miel sin picarla. Luego de doscientos años de su muerte en su morada donde yace su cuerpo sin vida las abejas blancas salen en Semana Santa, hasta la fiesta de Santa Rita.
Rita nace en una familia muy humilde y de pocos recursos. Sus padres fueron Antonio Mancini y Amata Ferri, desde pequeña inculcaron en ella la devoción a Jesucristo. Aunque no pudo concurrir a la escuela, Dios le concedió el don de la lectura, por lo que podía leer de corrido e interpretar lo que el libro dijese.
Si bien su vocación desde muy pequeña fue tomar los hábitos para abocarse a la vida religiosa, como sus padres se veían ya mayores y ella se encontraría entonces sin recurso en el caso de que ellos faltasen, acordaron un matrimonio con un hombre al que ellos escogieron.
Rita aceptó con total humildad esta nueva etapa de su vida, tal como si fuera un mandato de Dios. Al casarse ella tuvo que soportar humillaciones, maltratos físicos y psicológicos porque su esposo era alcohólico. Sin embargo ella fiel a su matrimonio y devoción a Dios se mantuvo firme junto a él y a la oración. Luego de veinte años de malos tratos y de sufrir a su lado sucede el milagro, su esposo se convierte a Dios. Llena de felicidad por la gracia de Dios lo perdona de todo corazón y juntos comienzan su vida matrimonial de fe.
Ambos tuvieron años antes dos hijos gemelos a los que amaban con fervor. Un día el esposo de Rita no llega a casa, ella en su interior sabía que algo había pasado sin embargo se avoca a la oración y espera. Al día siguiente le llega la mala noticia, su esposo había sido asesinado como consecuencia de un ajuste de cuentas de las juntas anteriores a su conversión.
Ciegos por el dolor sus hijos juran vengar la muerte de su padre y entonces se ponen a buscar al asesino para terminar con su vida. Rita desesperada suplica con todo el dolor del mundo que el señor tomara sus vidas y almas antes de que estas se perdieran en el pecado de la muerte. Milagrosamente ellos comienzan a manifestar signos de enfermedad que termina con sus vidas, antes de que esto suceda ellos perdonan de corazón al asesino de su padre.
Tras varios intentos por entrar a la congregación fallidos Rita se pone en oración. Una noche mientras dormía su puerta es golpeada tres veces llamándola por su nombre, cuando abre encuentra entonces a los tres santos a los que les rezaba a diario fervorosamente: San Agustín, San Nicolás y San Juan. Los tres santos le piden que los siga, luego de recorrer algunas cuadras siente que es elevada por el aire hacia el monasterio. En su cúspide se encuentra con Santa María Magdalena, luego cae en éxtasis. Al despertar se halla en el monasterio y es así como logra ingresar a la comunidad de religiosas. En sus años dentro del monasterio fue puesta a prueba varias veces, en una ocasión la enviaron a regar una planta sin vida, milagrosamente esta resurgió y fue la vid que sirvió para producir el vino que se utilizaba en misa.
En el 1443 un sacerdote fue a predicar y habló de la Pasión del Señor Jesucristo, este hecho le tocó tanto su corazón que oró para pedir de compartir con él los estigmas sagrados. Fue entonces cuando recibe los estigmas en las manos y las marcas de la corona de espinas. Como de sus llagas salía un olor putrefacto tuvo que vivir alejada de la comunidad por varios años.
En ocasiones como un viaje que quiso realizar a Roma, Jesús le quitó sus estigmas pero de vuelta ya en el monasterio aparecieron nuevamente.
Ya en los últimos años de su vida sufre Rita una enfermedad que la mantiene postrada e inmóvil en una cama. Mientras transcurría su enfermedad en el jardín en el que solía rezar brotaron rosas en el frío helado del invierno. Para ella fue un signo de Dios, solo sonrió.
En el año 1457 muere víctima de su enfermedad, con 76 años de edad. Cuando la gente se enteró del deceso el monasterio se vio colmado de personas que querían despedirse de la santa . A su muerte la espina que tenía clavada en su frente de los estigmas que había recibido desaparece, a la vez que sale de su piel una mancha rosa con una fragancia similar a esta planta.
Su cuerpo no fue enterrado a diferencia de otros santos y permanece en un ataúd de cristal incorrupto, aunque no sufrió ningún tratamiento para su conservación. Fue beatificada por el Papa Urbano VIII, por todo lo ocurrido en su vida fue decretada la patrona de las causas imposibles. Por su intercesión se le adjudican múltiples milagros en todo el mundo, es por esto que su devoción ha sido propagada a lo largo de todo el mundo.
A continuación brindaremos una pequeña oración a Santa Rita.
Santa Rita patrona de las causas perdidas
tu que en tus días difíciles supiste refugiarte en la oración,
tu que con humildad aceptaste lo que Dios destinaba en tu vida,
intercede ante Dios con tus súplicas
para que pueda superar (decir el problema que nos aqueja)
y aceptar con la misma humildad que aceptaste tu los males que azotaron tu vida.Te ruego que intercedas por las almas más necesitadas del purgatorio,
especialmente por las almas de (decir los nombres de las personas por las que necesitamos orar)Guarda en tu corazón las súplicas que te presentamos fervorosamente
y llévalas a los pies de la cruz. Amén[Completar la oración con tres Ave María y un Padrenuestro]