La química es una ciencia empírica, o, lo que es lo mismo, basada en la observación de los hechos y cuyos resultados son siempre fruto de la experiencia.
Es decir, que podemos afirmar que el estudio de la química se lleva a cabo por medio de lo que conocemos como medio científico.
El objetivo de la química es el estudio de las diferentes sustancias que pueden hallarse en nuestro planeta, no limitándose a investigar sólo en qué consisten, sino que en esta ciencia se incluye también otros factores, como las diversas reacciones que pueden transformar la esencia de dichas sustancias.
Los remotos orígenes de la química
Para conocer el origen de la química deberemos remontarnos al principio de los tiempos, por lo menos al momento en que tuvo lugar el descubrimiento del fuego por parte del hombre. La utilización del fuego, una de cuyas principales consecuencias es la transformación de la materia, se puede considerar como la primera experiencia como químico del ser humano.
Se pueden citar otros ejemplos de experiencias relacionadas con esta ciencia y que ya el hombre primitivo llevaba a cabo, como la obtención del vidrio, que tenía lugar a partir de la arena.
La alquimia y su importancia en la aparición de la química
A partir de aquí, como es lógico, el hombre no tardó en darse cuenta de que eran muchas las sustancias que podían sufrir una transformación. Una de las consecuencias de ello fue, como es sabido por todos, el auge que tuvo la alquimia, es decir, la búsqueda de una sustancia que pudiera transformar algún metal en oro. Se puso en ello tanto empeño que la acumulación de las abundantes experiencias que tuvieron lugar en este sentido puede decirse que fueron de gran importancia, e incluso imprescindibles, para la futura aparición de la química como ciencia.
La influencia del pueblo griego
Los griegos jugaron, sin duda, un importante papel en los orígenes de la química. Los primeros filósofos pertenecientes a este pueblo se dieron cuenta de que la tierra estaba formada por abundantes y diversas sustancias o elementos. Así, Empédocles de Agriento afirmó, ya en el año 430 a.C, que existían cuatro elementos, los cuales eran tierra, aire, agua y fuego. Pasado un siglo, Aristóteles confirma dicha teoría, añadiendo además un quinto elemento: el cielo o éter.
Los diversos filósofos griegos surgidos a partir de este momento se plantean seguidamente la cuestión de si la materia puede dividirse de manera indefinida o si llega un momento en que tal división no es ya posible.
El método analítico en la química
Hay que esperar hasta mediados del siglo XVII para hablar ya de la transición que tuvo lugar respecto al concepto de la química, pasando del empirismo al método científico. Fue el irlandés Robert Boyle, nacido en la ciudad de Waterford en el año 1627, quien, con la publicación de la obra “El químico escéptico”, que tuvo lugar en el año 1667, se puede decir que sentó las bases de lo que podríamos considerar como la química moderna.
La importancia de tal obra consiste sobre todo en el ataque que Boyle lleva a cabo en ella de la teoría de los cuatro elementos que había planteado siglos atrás Aristóteles, introduciendo el conocido como método analítico y estableciendo el concepto de elemento químico, con el cual se define un tipo de materia que se encuentra constituida por átomos de la misma clase que poseen en su núcleo un número de protones determinado, dependiendo del cual pertenece a una categoría que se clasifica por el llamado número atómico.
La importante aportación de Lavoisier
Otro de los momentos decisivos en la historia de la química tiene lugar durante la segunda mitad del siglo XVIII, gracias en esta ocasión al trabajo realizado por el químico francés Antonie Laurent Lavoisier, nacido en París en el año 1843. La labor realizada por Lavoisier es de capital importancia, ya que aplicó al estudio de la química el método analítico cuantitativo, determinando las propiedades del oxígeno y dando una explicación a ciertos fenómenos, como la combustión. A Lavoisier hay que atribuírsele además muchos otros logros, todos de gran importancia, como el haber dado una explicación totalmente correcta de la función respiratoria o el haber formulado la ley de la conservación de la materia, afirmando que, durante el proceso de asimilación, los alimentos se oxidan a un ritmo lento.
Nacimiento de la Tabla Periódica
Ya en el siglo XIX, la existencia de diversas semejanzas tanto químicas como físicas que presentaban entre sí algunos elementos, fue el origen de que los científicos sugirieran la posibilidad de ordenarlos o crear con ellos grupos, tomando como referencia las mencionadas semejanzas. Por otro lado, en 1869, el químico ruso Dimitri Mendeléyev, nacido en San Petersburgo en el año 1834, pone todo su empeño en hallar lo que podríamos calificar como “una ley de la naturaleza” que pueda valer para todas las clasificaciones posibles de los elementos.
Todo ello hace posible que nazca la que conocemos actualmente como Tabla Periódica de los Elementos Químicos, que incluye todos los elementos ordenados por su número atómico, su configuración de electrones y por sus propiedades químicas.