El reloj es un instrumento que permite medir el tiempo que transcurre. Comúnmente es utilizado para saber la hora en un momento dado, aunque también se lo puede utilizar para funciones variadas como controlar un periodo de tiempo, controlar los minutos para una comida, colocar la alarma para despertarse, entre otros.
A lo largo del tiempo estos aparatos han sufrido diferentes modificaciones en cuanto al formato, tamaño, color y funciones. Hasta lograr los diferentes aspectos que conocemos en la actualidad. En el presente artículo comentaremos un poco la historia de este aparato tan útil para la vida cotidiana.
Los antecesores al reloj mecánico
El hombre desde sus inicios ha percibido la necesidad de la medición del tiempo para sus actividades cotidianas. Si bien en un comienzo el sol era un gran aliado, con el paso de los años se necesitaba de algo más específico. Es así como las primeras civilizaciones desarrollaron calendarios para saber con certeza cuándo cultivar sus productos agrícolas, dentro de las civilizaciones más conocidas encontramos a los Incas y los Mayas con este sistema de medición del tiempo.
Ante la imperiosa necesidad de la exactitud en la medida del tiempo, los egipcios idearon un reloj de agua, que consistía en un recipiente parecido a una olla que iba largando gotas de agua cual un segundero por un orificio en su parte inferior.
Con el paso de los años son los árabes quien innovan el sistema de medición antes mencionado a partir de la creación de un reloj que utilizaba el sol para medir el paso de las horas. El aparato consistía en un círculo de piedra con un triángulo rectángulo con una punta ubicada en el centro del círculo y la otra en el borde exterior. A medida que el sol iba moviéndose las horas iban siendo marcadas en las inscripciones que poseía la base.
Otro de los intentos por la medición del tiempo lo hicieron los anglosajones. El sistema empleado era una vela que poseía marcas y a medida que se derretía marcaba la hora, este método es algo inespecífico porque la vela puede derretirse más rápido o más lento de acuerdo a otros factores externos.
Por el año 1200 a.C. se empleaba el reloj de arena, este sistema aún el día de hoy se sigue fabricando, en algunos lugares como elemento decorativo. En un recipiente de vidrio se colocaba arena fina, el recipiente anterior estaba conectado con otro más en donde caía la arena. El tiempo dependía del tamaño del reloj, como desventaja de este sistema encontramos que no se podían medir intervalos de tiempo más cortos.
La aparición del reloj mecánico
El reloj mecánico aparece a mediados del 1650, su inventor fue Christiaan Huygens, este le agregó precisión a los relojes que existían con manija mediante la creación del péndulo como instrumento para marcar los segundos.
El reloj pulsera
Por el año 1812 se crea el primer reloj pulsera como parte de un encargo realizado por la reina María Carolina de Nápoles. Este es considerado más que un reloj una joya por sus implantes de piedras preciosas.
Si bien este reloj tuvo su aparición en este acontecimiento. Su popularidad se hace evidente luego de la primera guerra mundial. Luego de finalizada la guerra en el 1929 Morrison Warren inventa el reloj a cuarzo con la mayor precisión hasta la fecha conocida.
En el año 1957 aparecen ya los relojes electrónicos, que funcionan a partir de baterías o pilas que son conectadas a una pantalla digital.
Hoy en día
Hoy en día la presencia de estos dispositivos es común, son de fácil acceso y de bajo costo. Se encuentran incluidos dentro de muchos de los aparatos que se pueden adquirir, por lo cual consultar la hora no representa un gran inconveniente.