Historia de Jesús

Jesús de Nazaret, conocido también con el nombre de Jesucristo, es la figura fundamental del cristianismo. Sin embargo, la importancia de Jesús va más allá de una religión o creencia, y podemos afirmar sin duda alguna que se trata del personaje más influyente de la cultura occidental, incluso para los no creyentes.

Los padres de Jesús fueron María y José. Éste último trabajaba como carpintero, y ambos vivían en Nazaret.

El nacimiento de Jesús le es notificado a María a través del ángel Gabriel, que le comunica que dará a luz un hijo en estado de virginidad al que pondrá el nombre de Jesús, Hijo del Altísimo y cuyo reino no tendrá fin.

Viaje a Belén

Jesucristo, para unos el Hijo de Dios y para otros hombre excepcional, pero hombre

Poco antes del nacimiento de Jesús, el emperador romano César Augusto, que ostentaba en aquel entonces el poder en Galilea, decidió realizar un censo en todos los territorios pertenecientes al Imperio Romano, y, por tanto, también en Israel. La orden era que para hacer el censo cada persona tenía que ir a la población en la que había tenido lugar su nacimiento, por lo que José y María tienen que salir de Nazaret y viajar hasta Belén, el pequeño pueblo de Judea en el que habían nacido.

Cuando llegan a Belén el momento del parto está muy cerca, pero José y María no encuentran alojamiento, por lo que el nacimiento de Jesús tiene lugar en un pesebre.

Matanza de Herodes

La Estrella de Belén guió a un gran número de visitantes del este, que sabedores por las profecías de que había nacido un Rey Mesías, querìan conocerle, entre ellos los tres Reyes de Oriente. Ello provocó la inquietud de Herodes, que gobernaba  Israel. Temeroso de que el niño nacido pudiera arrebatarle el poder dentro de unos años, mandó matar a todos los recién nacidos, ya que no sabía de qué niño se trataba. Es el episodio que conocemos como la Matanza de los Santos Inocentes.

Pese a ello, José y María consiguieron escapar y volvieron a Nazaret, donde Jesús vivió hasta convertirse en adulto.

Infancia de Jesús

La infancia de Jesús no destaca por grandes acontecimientos, lo cual hace suponer que vivió una infancia normal, similar a la del resto de niños de su época y lugar. El único hecho destacable tuvo lugar cuando tenía 12 años, en que Jesús viaja con sus padres a Jerusalén. En la ciudad José y María extravían a su hijo, y lo encuentran en el Templo, conversando con las personas que allí se hallaban, quienes se encontraban impresionados de la mucha comprensión del chico, teniendo en cuenta su corta edad. Cuando le encontraron las palabras de Jesús a su madre fueron las siguientes: “¿Por qué me buscabas? ¿No sabías que tenía que estar en la casa de mi padre?”.

Jesús predica su doctrina

Jesús sigue viviendo en Nazaret, donde transcurre su juventud enseñando su doctrina, y explicando a quienes le rodean que el reino del Señor está cerca. Sus explicaciones tienen lugar casi siempre a base de parábolas y milagros.

Recorriendo las aldeas vecinas, consigue que algunas personas se conviertan en discípulos suyos. Se trata de personas que le acompañarán ya durante su vida, como los doce apóstoles o como María Magdalena.

Jesús realizó abundantes milagros

Jesús hizo muchos milagros durante su vida, muchas veces para hacer entender a quienes le rodeaban aquello que les explicaba en palabras. Parece que el primero de sus milagros fue el que tuvo lugar cuando viajó con su madre y sus discípulos a Caná, una localidad de Galilea, para asistir a una boda. Cuando el anfitrión se quedó sin vino, Jesús convirtió unas grandes jarras de agua en un vino muy superior al tomado hasta aquel momento.

Jesús llevó a cabo muchos milagros, entre ellos algunos de tan conocidos como la multiplicación de los panes y los peces, la resurrección de Lázaro de Betania, su paseo por encima de las aguas o la resurrección de la hija de Jairo, además de un sinfín de curaciones, que tenían lugar simplemente cogiendo su mano.

Expulsiòn de los mercaderes del templo

Otro episodio muy conocido de la vida de Jesús fue cuando vió que el templo de Jerusalén se encontraba lleno de mercaderes haciendo sus negocios. Enfurecido, volcó sus mesas y los echó a latigazos gritando que la casa de su Padre no era lugar para mercaderes. Dado su buen carácter, el episodio llenó de asombro y desconcierto a quienes fueron testigos del mismo y conocían su paciencia y su excelente talante.

No tardó en correr la voz de los milagros y de la curación de enfermos que llevaba a cabo Jesús, y cada día aumentaban sus seguidores. En un momento dado, en el conocido como Sermón del Monte, hizo una serie de discursos conocidos con el nombre de las Bienaventuranzas, unas sencillas enseñanzas llenas de amor y comprensión.

Detención de Jesús

Unos días antes de Pascua Jesús entró en Jerusalén montado en un burro, siendo muchas las personas que fueron a saludarlo con palmas y a alabarlo como Hijo de Dios. Ello hizo que aumentara el miedo y el recelo de sacerdotes y fariseos, que ya no estaban muy tranquilos debido al gran carisma de Jesús y al constante aumento de su número de seguidores, Temiendo por sus privilegios, decidieron que todo ello tenía que terminar, y que la mejor manera de conseguirlo era deteniendo a Jesús.

En la comida de Pascua, conocida como la Última Cena, Jesucristo explica a sus discípulos que uno de ellos le traicionarà, y que será detenido y crucificado, resucitando el tercer dìa de entre los muertos. Terminada la cena, todos se retiraron a rezar al Jardín de Getsemaní. Allí aparecen soldados acompañados de uno de sus apóstoles, Judas, que había vendido a su maestro por 30 monedas de oro.

Jesús es condenado a morir en la cruz

Jesús es llevado ante Poncio Pilato, y acusado falsamente de diversos actos por los sacerdotes. Es condenado a morir crucificado en el Monte Calvario y es ejecutado entre dos ladrones y con un letrero en lo alto de la cruz con la siguiente acusación “Jesús Nazareno, Rey de los Judìos”.

Resurrección de Jesús

Al tercer día de la muerte de Jesús, su tumba fue encontrada vacía. Se dice que se apareció, en primer lugar, a María Magdalena, y seguidamente a su madre María. Después Jesús se apareció a sus discípulos para pedirles que no tuvieran miedo y que predicaran el Evangelio por todo el mundo.

Considerado por muchos como el Hijo de Dios y por otros como un hombre excepcional pero hombre al fin y al cabo, lo cierto es que más de 2000 años después de su muerte son muchos quienes siguen las enseñanzas de Jesús y continúan creyendo en ellas. Unas enseñanzas tan simples que se basan en tan sólo dos mandamientos, también de una gran sencillez: amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a sí mismo.

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